jueves, 28 de agosto de 2008

Historia incompleta #9 "el poder de la bestia"

John se había convertido en un "beast"

Por más que intentaba buscar una explicación, ya no creíble... sino imaginable, no la encontraba. Ante nuestros ojos, John había vuelto de la muerte (por segunda vez) convertido en la bestia que le arrancó la cabeza de cuajo. Sinceramente, yo era un hombre de mentalidad abierta, pero aquella situación se me venía demasiado grande. Confuso, al igual que Alicia, que con cara de asombro, no dejaba de observar la escena, miré hacia abajo. Aquello, se convirtió en una carnicería. El "beast", quiero decir, John, estaba arrasando con todos los soldados. La escena llegó a un punto en el que la blanca calle, se tiño de rojo, por todas partes. Y no solo las calles, sino todo lo que había alrededor. Los soldados, disparaban a John, pero éste, convertido así, parecía inmune a las balas que rebotaban en su robusta piel peluda. John se comportaba como una bestia salvaje, moviéndose deprisa y sin parar, era una máquina de matar, con dos golpes, arrancaba de cuajo cualquier parte del cuerpo humano.

Cuando despejó la zona, solo se podían observar cuerpos despedazados, con sangre por todas partes. El "beast" paró al no ver más cuerpos con vida, y sin aliento, con un gesto rapidísimo, dirigió su mirada, inyectada en sangre, hacia nosotros... Lo primero que se me pasó por la mente, fue, que aquel no era John, simplemente una bestia salvaje, que no distinguiría el bien del mal, así pues, seríamos más presas fáciles, para él. De repente, comenzó a correr desde su posición a la nuestra, a Alicia se le escapó un grito, cuando lo observó rugiendo y corriendo hacia nosotros. Yo comencé a sentirme como un simple insecto, que invade tú habitación y es eliminado con un simple pisotón.

Comenzó a subir la escalinata, sin perder la rapidez, y se paró en seco delante de nuestra presencia. Su baba goteaba continuamente, de su boca. Nos miraba con parpadeos muy rápidos, y respirando como si le faltara el aire. De su cuerpo goteaba también sangre, pero no era propia, era la salpicada por sus víctimas.

Me sentí tenso y me percaté de que Alicia, estaba bastante bloqueada, así que intenté ponerme delante de ella. Mis piernas aun estaban resentidas, pero logré que aguantaran el peso de mi cuerpo, e hicieran su trabajo. El silencio se apoderó, nuevamente de nosotros, únicamente atravesado, y como si fuera un sonido monótono y relajante, por la respiración de aquel "bicho" Momentos de confusión, se entremezclaron entre las ideas que me invadieron la cabeza, ideas que tenían como premisas, horribles escenas de descuartizamientos. ¿Qué es lo que podía esperar? Aquel no era John, ya.

De repente, el "beast" levantó un brazo, y nos temimos lo peor. Comenzó a bajarlo rápidamente, quise evitarlo pero fue imposible. Nos cogió a los dos, con un solo brazo, como si fuéramos muñecos. Luego se dio la vuelta , y comenzó a bajar las escaleras con rapidez y con Alicia y yo, aprisionados con su brazo. ¿Se supone que eramos su alimento, que cazaría más tarde?

Recorrimos con él, casi toda la calle principal. Me perdí a partir de una bifurcación en la que giró bruscamente. Demostró, nuevamente, que se sabía al dedillo todas aquellas calles, ya que no dudaba en ningún instante.

Poco después me dí cuenta de que íbamos dirección a la torre de acero, que observé al principio, en mi entrada a la ciudad. Como ya iba siendo habitual, no tenía ni idea de que coño se proponía. Al menos debía agradecerle que no nos hubiera quitado la vida. Alicia estaba más perpleja que yo, su cara de asombro lo decía todo. Además no se atrevió ha abrir la boca en todo el trayecto; y yo tampoco...

John, alias "beast", comenzó trepar la torre con las patas y mano que le sobraban.

Si hay algo que no soporto, son las alturas, y aquel instante fue el peor, de todos los vividos anteriormente, en mi vida. Tengo vértigo así que tuve que cerrar los ojos, mientras la bestia seguía escalando.

Cuando llegamos arriba, la escalera de mano (que estaba utilizando John para subir) terminaba su camino bloqueada por una trampilla de metal. Pronto fue reducida a chatarra, gracias a las enormes garras del "beast". Y como su cuerpo era demasiado grande, tuvo que remodelar la entrada nuevamente con sus garras, para que cupiera. Una vez, hecho ésto, ágilmente, saltó hacia arriba y nos introdujimos en lo más alto de la torre de acero.

Nos soltó en el suelo y se deshizo de varios soldados, que nos recibieron "amistosamente", al entrar.

Abrí los ojos, al sentirme en el suelo, y al fin pude descubrir el motivo de nuestra invasión en la torre. Allí, además de haber una sala de control, con monitores, desde los cuales, se podían observar todas las imágenes que las cámaras estaban captando, se encontraba un tremendo almacén con alimentos.

John no quería comernos, quería que comiéramos...

Continuará

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