¿Acaso era un monstruo peor que Mark, pero me había quedado amnésico? ¿Por qué no recordaba nada de aquello? ¿Qué significaban aquellos flash-back, repentinos?
Estaba confundido, realmente confundido. En aquel instante no sabía quién era, no me conocía. Me sentía como si hubiera despertado de un sueño, y las imágenes aun siguieran en mi cerebro. Ya no me fiaba de mí mismo. ¿Y si era un clon? ¿Y si me convertía en un "beast" o en algo peor, en cualquier momento? Había cosas de mi vida, que vagamente recordaba... ¿Y esa semana que estuvieron analizándome...? Me asaltaron un montón de dudas. Controlaba mi mente, de momento, pero, ¿y si más tarde no pudiera hacerlo?
Aquellos flash-back eran tan reales, tan perturbadores, últimamente habían empeorados y eran más estimulados cuando me encontraba en ciertas situaciones.
Había cosas que no me cuadraban... ¿Mark, me conocía? No hubiera tenido reparo de recordar mi recien rememorado, pasado turbio. Sin embargo no lo había hecho... ¿Tal vez porque no lo sabía?
La verdad es que hasta aquel momento no lo pensé. Había dado por hecho que conocía mi pasado, pero en realidad solo tenía una imagen en una pared, como un transpantojo imitando una realidad que no existía, en mi cerebro. Ésto había hecho que me despistara.
Los recuerdos repentinos estaban siendo como revelaciones, de lo que en realidad había sido mí pasado. Esa fue mi interpretación, ante tal mar de dudas.
Sin embargo, aquel momento no era para pararse a pensar, y preguntarse nada. Mi destino en aquel instante era salir de allí con Alicia, con vida.
-¡Hazlo ya! ¡Ya no tengo miedo a la muerte!
Había estado absorto, en aquella habitación, sin percatarme, que seguía con Alicia desmallada, y con aquella fémina desconocida en la cama. La muchacha, era atractiva, pero las cicatrices le habían desfigurado todo su rostro, quedando su cuerpo lindo, como su último atractivo.
-¡No sé que estaba pensando hace dos años, aquella noche de marzo! ¡Pero lo que sí sé es que ahora mismo no vengo a matarte!
-¿A no? -dijo decepcionada-. ¡Yo quiero que me mates! -no esperé aquella reacción.
-¿Cómo dices? No pienso hacerte nada. Hay que salir de aquí...
-¡Que me mates, joder! -se levantó de la cama-. Mi destino es estar junto a mis padres...
-¿Estas loca o qué?
-Aun recuerdo como los mataste a sangre fría, y cómo intentaste quemarme... logré escapar de las llamas, pero me quemé el rostro. ¡ESTAS MARCAS SON POR TÚ CULPA! Me destrozaste la vida... ¿cómo no quieres que enloquezca? ¡MATAME HIJO DE PUTAAA!
-¡Estoy confuso, sé que te hice todo aquello, sin embargo lo pongo en duda! ¡No entiendo nada!
-Me importa una mierda que no entiendas nada, cabrón, me jodiste la vida... solo quiero que termines con tu trabajo... ya que yo no he sido capaz... -me mostró más cicatrices en sus muñecas, evidencias suficientes para ver que había intentado cortarse las venas.
Comencé a ponerme nervioso, el corazón se me aceleró, y mi cabeza parecía a punto de estallar...
-¡ERES UN ASESINO! ¡Mátame! ¡MATAMEEE!
Cerré los ojos, y con expresión de estreñido, le dí un puñetazo a aquella mujer, dejándola inconsciente también. Luego comencé a tranquilizarme...
¡Aquello era una puta locura!
De repente, oí un tremendo ruido, como varias explosiones. El suelo cedió y todo lo que había en la habitación cayó por el agujero realizado. Caímos al piso de abajo.
-¡Cogedle! -oí.
Continuará...
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