viernes, 12 de septiembre de 2008

Historia incompleta #20 "Muerte súbita"

Mark se había convertido en un monstruo.

Atónito, con lo que tenía delante, fui dando pequeños pasos hacia atrás, sin dejar de mirar a aquella malformación; que aun conservaba algunos rasgos de Mark.

Su ropa había desaparecido y había dejado a la vista una piel no humana, de un aspecto áspero y rugoso. Su color, al final, tornaba hacia lo cárdeno y estaba recubierta por todos lados de pústulas y abscesos. Sin embargo, no había perdido la apariencia atlética, y poseía ahora unos músculos aumentados. Lo que más había cambiado era su rostro, ahora menos cuadriculado y con papada, no había manera de reconocer a Mark. Pero lo más obsceno de su transformación inhumana, eran la "especie" de tentáculos, que le surgieron en su espalda. Seis en total, eran muy largos y anchos, se asemejaban a los de un pulpo, pero eran carentes de las ventosas de estos. Se movían muy rápidamente y cada uno parecía independiente. Resguardaban lo que parecía su zona más vulnerable, una tremenda columna vertebral, que quedaba a la vista cuando se apartaban. Golpes majestuosos que hacían temblar la sala, comenzaron a dar.

Ja, ja! ¿Que pasa Kevin, tienes miedo, parece que te alejas? -su voz también había cambiado y sonaba muy grave y poco clara.

-¡No, simplemente me alejo porque tú aliento ahora es aun peor! -hizo una mueca con su desfigurado rostro, y luego movió rápido sus tentáculos.

Ja, ja! Ves el poder que me han otorgado, ahora soy invencible. Tú también podrías haberte beneficiado.

-No, gracias. Lo único que han hecho es sacar de tú interior tú verdadera cara -noté entre mis pies un rifle de asalto, al lado de uno de los dos cadáver pertenecientes a los soldados que había matado el "beast"-. ¡Tranquilo, ahora mismo acabo con tu sufrimiento! -con gran agilidad, lancé con los pies, el rifle al aire, recogiéndolo con las manos, y apuntando a mi objetivo, posteriormente.

-¡No creo que te apetezca hacer eso! -le miré mientras dijo aquello, y tenía razón-. ¡Tira el arma hacia mí!

Sin rechistar tuve que realizar lo que me dijo, había cogido y desposado a la fuerza, a Alicia de la camilla, y la mantenía suspendida delante de él, con uno de sus tentáculos. Con fuerza lancé el arma, hacia su posición. Luego dejó caer a Alicia que quedó inconsciente con el golpe.

Los tentáculos no paraban de moverse y ahora más violentamente. Recolectaron varias camillas, con su "ocupante" y todo, y amenazaron con lanzármelas. Y no tardaron en hacerlo, con bastante ímpetu. Las esquivé como pude, tirándome al suelo, pero varios escombros, de las perforaciones en la pared, de los impactos, me alcanzaron. Más tarde, fui yo el recolectado por los tentáculos y el disparado por los aires. Caí cerca del cadáver del "beast", aun contenía los cables de la luz, en su boca. Se me ocurrió una idea.

-¡Eh, Mark! ¿Es eso lo único que sabes hacer con tu nueva apariencia? ¡Antes tenías más habilidades!

Mmm, echaré de menos ese sentido del humor, tan ácido, cuando te mate! -calló en la trampa.

Me hice pasar por desvariado, en mi acción de levantarme, todo con el propósito de ganar tiempo y Mark se acercase. Cuando anduvo lo bastante cerca, justo antes de que un tentáculo me alcanzara, y utilizando el factor sorpresa; saqué de la boca, del "beast", los cables aun chispeantes. Acabaron tomando contacto, con el robusto muslo de Mark.

-¿Qué pasa? ¿No ocurre lo que esperabas? -me soltó irónico y muerto de la risa-, Mi piel no es tan débil como la del "beast", la electricidad solo me hace cosquilla, ¡ja, ja!

Me arreó una hostia, que me empotró contra una camilla, y que hizo que los cables de la luz quedaran atrás.

-¡Sabía que ésto iba a ser divertido, pero no tanto! -dijo riendo. Su voz cada vez era más siniestra.

Volvió a las andadas aproximándose de nuevo, a mí.

-¡Eres un puto monstruo de mierda! ¡No vales nada!

-¡Di lo que quieras, ya nada importa! ¡Yo estoy orgulloso con mi decisión y no me arrepiento de nada, aquellos eran unos pobres diablos condenados! -levantó los tentáculos e hizo ademán de quererlos mover-. ¡No hace falta que te arrepientas de tus pecados porque te voy a mandar directo al infierno!

Todo fue muy rápido, quise quitarme de la trayectoria de sus apéndices, pero ya los tenía encima. Cerré los ojos en busca de una muerte inminente y oí una frase -"¡Muere grandísimo hijo de perra!"-, y después un tremendo ruido: "RATATATATA, RATATATATA"

Alicia estaba consciente y se había apoderado del rifle. Acribilló sin compasión a Mark, por la espalda.

Nooooo! -gritó Mark, con su voz distorsionada-. ¡No puede ser, las balas no me pueden hacer nada!

Alicia le había destrozado la columna vertebral que había quedado visible. Sin saberlo, había encontrado su talón de Aquiles. Mark acabó, irremediablemente, en el suelo, escupiendo sangre y maldiciendo; lamentándose por no haber podido conseguir su objetivo. Alicia, siguió disparando sin pausa, aun después de que la vida abandonara el cuerpo de mí mentor. Prosiguió acribillándolo hasta que el arma se quedó sin balas. Aun así, y jadeante, no dejó de pulsar el gatillo.

Me acerqué a ella.

-¡Alicia, ya está! ¡Esta muerto!

AAAAAH! -lanzó el rifle hacia el cadáver deforme de Mark, mientras pegaba un chillido desgarrador-. ¡Hijo de puta! ¡HIJO DE PUTAAA!

Llegué a la altura de Alicia y traté de calmarla.

-¡Tranquila! -se abrazó a mí.

-¡Me violó, Kevin! ¡ME VIOLÓ! -rompió a llorar-. ¡El hijo de puta me violó! -siguió llorando de manera atroz.

Lo único que pude hacer en aquel instante, fue abrazarla aun más fuerte, las palabras sobraban...

Continuará...

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