jueves, 18 de septiembre de 2008

Historia incompleta #26 "Sin invitación"

-¡A llegado tú hora, asesino! -exclamó.

Avanzó unos pasos hacia la celda y apartó bruscamente a Alicia. Luego abrió la puerta de ésta, y se dispuso a atarme las manos. Yo no opuse resistencia. Me "invitó" a salir indicándome el camino. Comencé a andar hacia la puerta de salida.

Fuera, los escenarios eran todos subterráneos. No sé si serían túneles nuevos ya que los que había conocido, estaban todos vigilados.

Recorrimos una galería excavada, hasta que acabamos en una zona más amplia. Allí se encontraba el tipo que portaba el emblema desconocido junto a más "extras" recubriendo casi toda la nueva zona.

-¡Hijo de puta, mataste a mi hermana! -gritó uno entre la multitud.

-¡A mí me mataste a mi hija! -la plebe comenzó a silbar y a abuchear.

Al lado del tipo del emblema, había un rifle Remington 700, situado en el suelo, con munición envera.

-Bien... ahora...

El tipo, del emblema extraño, cogió el rifle lo cargó y me apuntó en la cabeza. Se dispuso a disparar... pero Alicia se puso por delante.

-¡No! ¡Espera! -gritó.

Apártate! -replicó el tipo sin dejar de apuntar.

-¿En qué se habéis convertido? Somo humanos, nuestra diferencia con otros animales es el echo de razonar... Y estáis actuando sin pensar.

-¡El no se paró a meditar, aquella noche! -gritó un desconocido entre la multitud.

-¡Esta bien! -prosiguió Alicia-. Pero el matarlo a sangre fría, ¿no os convierte como él?

La gente se mantuvo en silencio.

-¡Es un hijo de puta, asesino de mierda! -gritó el tipo, aun con el rifle.

-¿Y si tal vez es eso lo que "quieren" que creáis?

-¡No nos convencerás, mujer! ¡Sabemos de buena mano que "los poderosos" le quieren vivo a toda costa! Así que aparta, o te volaré la cabeza también...

De repente una gran explosión, delante de un montón de polvo y humo, irrumpió en el lugar. Alguno de los presentes, próximos al estallido, volaron por los aires. Cuando el humo aun seguía en el aire, una persona se abrió entre él, pasando por el agujero que la explosión había dejado.

Mátalos a todos! -se trataba de un soldado de "los poderosos"

Pero lo peor estuvo por venir; un "beast" entró velozmente en la sala, y comenzó ha herir al personal. El tipo del emblema, comenzó a disparar a la bestia, pero ésta se le acercó y le arrancó la cabeza de un mordisco. Su cuerpo calló como un muñeco.

-¡Alicia, corre, escóndete! ¡Me quieren vivo, no me harán nada hasta que me lleven de nuevo a "Asus city"!

Le agarré la mano, como pude, ya que aun las tenía atadas, y no dejé de mirarla hasta que la perdí de vista tras una esquina. Cuando me volví, el "beast" había acabado con todo el mundo.

-¡Vaya, vaya! ¡Kevin, nos estas resultando un verdadero dolor de muela! ¡Al menos ésta vez, te encontramos ya preparado! -comenzó a reírse, refiriéndose a mis ataduras.

Habían entrado varios soldados, pero el que dijo aquello fue el primero, y el que había dado la orden al "beast", de atacar. De pronto, algo brillante, llamó su atención.

-¡Pensé que era un rumor! ¡El emblema de 48 puntas! ¡Vaya!

-¿Qué coño significa ese emblema? -curioseé.

Ja, ja! ¡Veo que aun te quedan muchas cosas que aprender, Kevin! -lo dijo como si me conociera, sin embargo, no era privilegiado de poder verle el rostro, ya que un casco negro -el común que llevaban todos los soldados-, se lo ocultaba-. Éste emblema significa la unión de "los renegados" del viejo continente y del nuevo. Dos de "éstos" gilipollas, se auto-proclamaron jefes de las tribus de cada continente. Y por lo que veo, nos acabamos de cargar al jefe de las tribus "renegadas" de América, ¡ja, ja! Creí que era un bulo, pero ahora con éste emblema entre mis manos veo que no... Pues vaya jefe, dejó que el poder se le subiera a la cabeza y mira como acabó, ¡ja, ja!

-"¡Ja, ja!" -dije imitando y ridiculizando su risa-. ¡Hubieras tenido éxito como monologuista, pero el caso es que no tengo todo el día!

-¡Sí, bueno, hubiéramos formado una buena pareja cómica! Lastima que seas un capullo...

Me dio una patada en el estómago, caí y toqué el suelo con las rodillas.

-¡Bien! Esta vez no escaparás...

Me dio un golpe en la nuca. Lo único que recuerdo de ese instante, es que la vista se me nubló y mis labios besaron el suelo.

Continuará...

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