sábado, 26 de julio de 2008

Historia incompleta #1

Nuestro mundo esta cambiando. Ya no es como antes. Está inundado de hipocresía y corrupción, solo unos pocos tienen el poder. Un poder con el que controlan todo y a todos.

Mi amigo John, es una de las pocas personas en las que ya puedo confiar. Todas las demás, te traicionarán a la más mínima, por un simple bocadillo que llevarse a la boca. Nadie conoce ya lo que es el apoyo y la palabra. La colaboración ya no existe. Aquí estas solo, ni siquiera el aire de tus pulmones te servirá para sobrevivir en éste caos.

John, hoy no ha abierto la boca en todo el día, eso es extraño en él, y me da que pensar. No sabes que puede estar pasando por su cabeza, ¿y si ésta atmósfera le roba la cordura? ¿Y si delata nuestro escondrijo y nos cogen? Dos presos huidos de la ley en una sociedad como ésta, serían rápidamente ejecutados sin juicio previo ni tumba escabada en el suelo. Se desarían de nuestros cuerpos cual niño de una chuchería. Nadie nos echaría en falta y lo peor aun es que nadie se atrevería a hacerlo.

Lo he mirado varias veces y su cara denota sufrimiento. Es un hombre que ha pasado por muchas cosas, intentando simplemente seguir con vida. Su pellejo, para él, es el único oro, ya que ninguna otra cosa vale la pena. Eso lo tiene muy bien aprendido. Sin embargo, hoy me trasmite lo contrario. Su rostro, con mirada perdida y absorto en sus pensamientos, lo delata. Está intranquilo, como si esperara que ocurriera algo en algún momento. Además esquiva mi mirada y de su frente resbalan goteras de sudor.

Quizás, el que haya perdido la cordura sea yo y me esté volviendo paranoico. Pero mi sexto sentido, ese que aparece en situaciones límite, me hace ver las cosas como son; John ha estado pasando hambre, al igual que yo. No todo el mundo logra pasar por alto sus instintos más básicos, tan tranquilamente. Cuando tu cuerpo tiene hambre y no hay nada de comer, empieza a deborarse así mismo, y la cara de John (un libro abierto) desvelaba cada bocado. No es de estrañar, que en una situación así, con tal de llevarse algo a la boca, John se haya ido del pico. No le culpo. Pero la cuestión es la supervivencia. Si el opta por sobrevivir así, yo opto por sobrevivir con la desconfianza, que hasta ahora tan buenos resultados me ha dado.

De repente John se levantó del suelo húmedo, de aquella asquerosa habitación y en medio de un silencio mudo gritó: "¡Kevin! ¡Lo siento!"

La puerta, mal encajada, rápidamente se desintegró con una fuerte patada. Las astillas alcanzaron a John, que las evitó con un brazo. Una luz cegadora, corrió por toda las grietas de las paredes de la habitación. Solo se oía un fuerte rugido, como si una bestia mal herida hiciera acto de presencia. De pronto, cuando mis pupilas se adaptaron a la nueva situación lumínica, la cabeza de John, seguida de un tremendo hilo de sangre voló por encima de mi ser, cubriéndome todo del líquido rojo. "¡Dios!" -fue la prehistórica expresión que me salió, inconscientemente, de mis labios-. No había cabida de un ser superior en aquella sociedad y en sus actos. Simplemente porque la fé era ya un término tan ridículo como en contraposición lo fue en la Edad Media.

Lo que a continuación vi era indescriptible...

--Continuará... algún día de estos xD--

No hay comentarios: